viernes, 20 de mayo de 2011

eSTUDIO E LOS PUBLICOS

En el campo internacional se considera que si se está a cargo de algún nivel de gestión o de política, directa o indirectamente vinculado al ámbito de los museos (ya sean de arte o de ciencias sociales, naturales, o de tecnología), se necesita información cuantitativa y cualitativa acerca de las diferencias entre lo que cada museo pretende ser y brindar al público, y lo que efectivamente sucede para el público con su oferta cultural. Es imprescindible contar con información sobre cómo y porqué al público le interesa o no las actividades de los museos, cómo acceden a esas actividades y cuáles son sus expectativas como visitantes. Esta información se considera necesaria para instrumentar efectivamente políticas culturales participativas y democráticas que tomen en cuenta las necesidades y demandas de todos los sectores sociales. Asimismo, es conveniente identificar factores extra museo que influyen negativa o positivamente en el trabajo institucional, y fundamentalmente adecuar el planeamiento de la gestión museal a los procesos de cambio socio-culturales que caracterizan el mundo actual. Es decir, es necesario conocer qué lugar ocupan los museos en tanto espacios de producción - circulación y consumo cultural en relación con los otros posibles: el teatro, el cine, los medios de comunicación, el deporte. Saber si son estos otros espacios competidores o socios complementarios en relación con sus posibles públicos en las actuales condiciones socio-económicas. En la Argentina, salvo algunas experiencias aisladas (Gibaja,l964), ni los museos ni las áreas políticas de las cuales dependen tienen el hábito de realizar o encargar estudios destinados a dar respuesta a estos interrogantes. Esto tal vez se deba al lugar subalterno que en general e históricamente han tenido los museos en las políticas culturales argentinas. García Canclini (1992:135) considera este hecho como una característica de países que, como el nuestro, han tenido un acceso rápido a la alfabetización y han privilegiado aquellos medios que se basan en la palabra y no en la imagen con el consiguiente efecto de "elitización" en el acceso al patrimonio cultural. Mas allá de que se trate de un rasgo histórico que nos diferencia de otros países latinoamericanos como México, lo cierto es que en la actualidad, no obstante los planteos de una política cultural democratizadora, en el caso específico de los museos no se cuenta con información sobre sus condiciones y efectos de recepción en los públicos a los cuales va dirigida.




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